Francisco Galadi, aseguró, en un artículo publicado en el Diario de Sevilla, que el coche de José Antonio Reyes rebasaba, por muy poco, la máxima velocidad permitida: "Hice unos primeros cálculos y me arrojaban un resultado muy lejano a esas velocidades tan altas. Me salió una velocidad de entre 130 y 135km/h".
"Pudo haber acabadó, en el punto en el que quedó detenido el coche, a esa velocidad. La carrocería no estaba deformada de una manera brutal, acorde a lo que sí sería un impacto a una velocidad de más de 200km/h", aseguró el propio Galadi en un reportaje para 'Jugones' que contradice los anteriores estudios.
Además, el perito también confirmó que el accidente ocurrió debido al reventón de una rueda: "Ese es el motivo por el que perdió el control. Se ven cuatro huellas (en la carretera). De ellas, una es de hendiduras o fricciones de algo metálico con el asfalto. No me cabe duda de que es la huella del aluminio de la llanta y las otras tres son del neumático".
Sumada a la versión de Galadi, la también perito Miryam Moya publicó un estudio sobre el accidente en el que también desmonta la hipótesis del exceso de velocidad del que se habló. Miryam tituló a su informe: 'Cuando la tecnología y la ciencia superan al rumor: accidente de tráfico José Antonio Reyes".
"Inesperadamente, comienza a fallar su rueda trasera derecha, por lo que intenta detener el vehículo fuera de la calzada. Sabiendo por sus huellas de frenada y derrape, el vehículo circulaba entre 111,49km/h y 128,01km/h, con un margen de error del 10%, lo que le sitúa dentro de los límites de velocidad permitidos en el tramo de vía por el que circulaba el vehículo en el momento del siniestro", expone el estudio.