La Primera División del fútbol argentino fue reformada nuevamente con el objetivo de lograr un torneo serio y competitivo. La decisión de crear un torneo de transición de agosto a diciembre de 2018 ha dado marcha atrás, junto con la disposición que estipulaba tres descensos a fin de año.
En cambio, la Superliga Argentina va a seguir con la misma estructura en esta temporada. La única diferencia con la que transitan los clubes en este momento es que, luego del Mundial, la liga va a estar integrada por 26 equipos, dos menos que en la actualidad. Esto se debe a que al concluir la liga 2017/2018 descenderán cuatro escuadras, ascendiendo tan sólo dos desde la Segunda División.
La reunión del Comité Ejecutivo dejó como saldo final el rechazo de la modificación del estatuto por parte de los representantes de los clubes integrantes a la Superliga. El torneo se disputará de agosto de 2018 a junio de 2019, con cuatro descensos y dos ascensos.
Por lo tanto, en Argentina se tomó la determinación, por el momento, de no adaptar el calendario al dispuesto por CONMEBOL. La única competición que se integra a la agenda sudamericana es la Copa Argentina, ya que se disputa de febrero a diciembre.
Con un total de 25 fechas, a una sola rueda, la competición quedaría con muchos espacios libres entre los partidos, por lo que se comenzó a gestar la idea de una Copa de la liga. La modalidad de la misma sería similar a la Carabao Cup de Inglaterra, ya que sería integrada por los clubes que se encuentran en la Primera División y los seis mejores de la B Nacional, llegando a un total de 32 participantes.
Las negociaciones también generan conflictos en la B Nacional, que se debate entre seguir unida o fragmentarse en zona metropolitana y nacional. Las discusiones seguirán por un tiempo, hasta llegar a la organización definitiva de un fútbol al que nunca le faltan problemas.