El Real Madrid demostró tener más vidas que un gato en su competición fetiche. Tiene un idilio particular el conjunto de Carlo Ancelotti con la Champions League, esa competición que siempre le ofrece una segunda oportunidad.
La obtuvo este miércoles en un Bernabéu que tembló, que lloró pero que rugió cuando Rodrygo, recién entrado al campo, empató el encuentro. También cuando Benzema provocó un seísmo con el tanto que metería al Madrid, de nuevo, entre los cuatro mejores.
El Chelsea lo intentó. Estuvo a apenas unos minutos de revalidar la eliminación de la temporada pasada. Pero dejar vivo a este Real Madrid es un pecado que nadie puede cometer.
Aprendió el cuadro 'blue' de los errores. Tuchel cambió a media plantilla y se hizo dueño del partido. El Madrid salió como en el 'Clásico', timorato, aunque con un Benzema que a la postres saldría sobre hombros.
Mount, a los 15 minutos, empezó a meter el miedo en una grada silenciosa, esa que solo despierta cuando es su equipo el que la llama, y no al revés. El canterano 'blue' aprovechó un error de marca de los centrales para plantarse solo ante Courtois.
Nada pudo hacer el Real Madrid, esperando al milagro habitual de Champions. Sabía que 90 minutos en el Bernabéu son 'molto longo' y 120 minutos, más aún.
El gol de Rüdiger a los 51 minutos heló a todo el Bernabéu. El Madrid se convertía en un púgil que solo recibía golpes, pero que no era capaz de dar ninguno. Eso sí, volvió a tener la suerte de su lado cuando marcó Marcos Alonso, pero justo antes, en un rebote, le dio el cuero en la mano.
Timo Werner, tantas veces cuestionado, demostró su calidad cuando dejó en el suelo a Casemiro, quien hacía las veces de tercer central, y a Alaba para clasificar, momentáneamente, al Chelsea.
Con lo que no contraba Tuchel era con la presencia de Rodrygo. Tiene su aquel el brasileño con la 'Orejona'. No hay partido en el que no meta o crea peligro. Y, cómo no, tuvo que aparecer a tiempo para enviar el partido a la prórroga y la ilusión a la grada.
Pero si hay alguien que tenía que llevarse los honores ese es Karim Benzema. Consagró su nombre de nuevo para el Balón de Oro con un cabezazo, otro más como en la ida, para llevar al Real Madrid a su terreno, a la semifinal.
No hay quien eche al Real Madrid de su competición. Ni siquiera el mejor Chelsea del año. No hay un idilio mayor en la historia que el que tiene el Real Madrid con la Copa de Europa.