No es corriente que uno de los miembros más destacados de la Selección Española milite en un equipo de la Segunda División de fútbol sala masculino. Tampoco que el referente goleador de ese conjunto fuese hasta hace dos años futbolista y afrontase el difícil proceso de transformación hacia un deporte con características y exigencias bien diferentes. Son amigos fuera de la pista y O Parrulo Ferrol luce con orgullo sus nombres, Adri y Kevin Chis.
Si en la era del extinto OAR jóvenes y adultos paraban a la caza del autógrafo a las estrellas del equipo ferrolano de la ACB, otra especialidad ha recogido el testigo de ese prestigio en la ciudad de un tiempo a esta parte.
En realidad, la comarca ferrolana ha sido históricamente uno de los graneros del fútbol sala gallego y mantiene, más allá de un O Parrulo recién descendido de Primera, a dos clubes en Segunda Femenina y al filial de los ferrolanos y otras dos escuadras en Segunda B masculina. Para la entidad parrula, la base es su estandarte.
Adri, Adrián Martínez Vara en el DNI, cuenta a 'EFE' cómo vivió desde la distancia el inicio liguero, que coincidió con su periplo con el combinado español en el Mundial de Lituania. "El equipo ya lo conocía; es gente joven, compartí vestuario con algunos y sé su forma de juego", señala el futbolista, criado en Caranza, el barrio de aluvión gestado desde los setenta con gentes llegadas de otras zonas de Ferrol y su comarca. El entrenador, Óscar Vigo, le "iba informando de todo lo que quería llevar a cabo".
Mientras "disfrutaba estando en un Mundial", también "sufría un poco" al no poder "estar con ellos" y sentía cierta "impotencia al ver que no acabábamos de tener resultados".
Recién cumplidos los 35 años, navega por una segunda juventud en la que no deja de asombrar a espectadores y compañeros de oficio; desde que volvió del Báltico hace unas semanas, los ferrolanos escalan en la tabla. Faro para sus colegas de vestuario, su consejo se recoge como si emanase de un sabio; por algo se le llama 'el Mago'.
Martínez Vara admite un "modelo de juego a tumba abierta; debemos resguardarnos un poco más", y reconoce que es "divertido para el espectador, pero no siempre va a salir cara". Esboza una carcajada y asegura que intenta "ayudarles en todo" a los canteranos, "soy el típico cascarrabias; estoy encima de ellos por el cariño y porque tienen unas cualidades brutales".
Le une un vínculo más allá de lo deportivo con Kevin Martínez Rodríguez, futbolísticamente Kevin Chis y ferrolano como él.
Su ejemplo es llamativo: con dilatada experiencia a sus 27 años en equipos de la comarca, dio el arriesgado salto de fútbol a fútbol sala en 2019. O Parrulo estaba en Primera, no fue sencillo y ahora escucha de Adri que está "fallando muchas"; una broma entre ellos, ya que con 10 tantos empata en el primer puesto de los goleadores en Segunda.
Solo han pasado ocho jornadas y apunta del pichichi del plantel que en Ferrol "muchos quizá no veían lo que estaba trabajando" cuando colgó las botas del fútbol de campo.
El aludido remarca a 'EFE' que sabía que le tocaba progresar "a nivel goleador; están entrando desde las primeras jornadas, estoy teniendo dos o tres claras cada partido".
Comparte pista y charlas con el capitán blanco, "el mejor jugador español; tira de nosotros en todos los entrenamientos, tiene un peso gigante en cada partido". La suya fue una reconversión acelerada: "tuve que aclimatarme muy rápido y me costó muchísimo al principio, aprender a defender y en un deporte nuevo; partía de cero".
Adri estuvo con la Selección por sus méritos el curso anterior en Primera y ve "anecdótico" que haya un internacional en Segunda, pero puede llamar "la atención". Se había "perdido dos europeos por lesión" y esa espinita ya la ha podido retirar.
Ahora se centra en la liga, de la que Kevin Chis afirma que no puede "decir que ascender" sea la meta, "pero tampoco nos podemos cerrar a nada"; "bienvenido sea" que vuelva a ser convocado su amigo y que O Parrulo vuelva a llenar A Malata en la máxima categoría.