"No hemos respetado el esfuerzo de la gente que ha venido hasta aquí y que se ha pagado su viaje y su entrada", empezó diciendo Jan Oblak, en declaraciones en zona mixta.
El cancerbero rojiblanco dijo sentirse en deuda con los aficionados eslovenos. "Ellos lo han dado todo y nosotros no hemos podido darles nada. Ahora tenemos que pagarles en los siguientes partidos y respetarlos", continuó.
"No hubo diferencia entre la primera y la segunda parte, en las dos fuimos peores que Macedonia", agregó, al respecto del encuentro en sí, visiblemente contrariado tras haber caído 2-1.
Lapidaria fue la frase con la que se despidió: "No merecimos ni el empate." Jan Oblak fue el único de la expedición eslovena en atender a los medios tras el encuentro.
Sin embargo, pese al cabreo, el portero del Atleti demostró gran humanidad. Se le vio esa faceta en el aeropuerto de Skopje, cuando, tras detenerse en una tienda, el dependiente se le acercó, pero no para tratar de venderle nada, lo hizo como fan.
Charlaron un rato, como un cuarto de hora, tal y como relata el diario 'AS', citando al diario local 'Ekipa'. "Me guardaré lo que hablamos, es lo correcto", reveló el dependiente, consultado por el rotativo esloveno.
"Charlamos sobre algunos temas interesantes, pero puedo decir que estoy extremadamente sorprendido de lo accesible y humano que es Oblak", añadió.