Este derbi vasco no fue precisamente un canto al buen fútbol, ni un espectáculo de los que hacen afición. Un punto para cada uno, y tan contentos.
Seguramente, Mendilibar no protestará. Ha repetido por activa y por pasiva que el conjunto armero no piensa en Europa. El punto no es el resultado que más le acerca a este sueño, pero la tierra prometida en Ipurua se llama salvación. Y esto está atado.
La Real no tiene muy lejos el abismo de Segunda, aunque sólo un cataclismo mandaría a los 'txuri-urdin' a la categoría de plata. Imanol tiró del abecé del técnico que llega a un equipo en problemas: pocos toques, balones largos, cero florituras.
Fue el Eibar quien se asomó primero. Cote y Jordán pusieron a prueba los reflejos de Moyá. El conjunto de Imanol se acomodó alrededor de su guardameta y obligó al equipo armero a buscar soluciones desde lejos.
Balas de fogueo
Fue una primera parte muy invernal, frío ambiente y poco fútbol brillante. Tras el descanso, la Real salió menos entumecida y Juanmi, por dos veces, merodeó el gol. Fue Willian José quien tuvo la más clara. Pero la envió alto.
Un encuentro de guante blanco deparó varias feas entradas al final. Esta subida de tensión llevó al Eibar a dar un paso adelante, pero a Inui le faltó tino. Janujaz, a poco para el añadido, se inventó una frivolité en el área en forma de sombrero quedó en nada.
Tablas y todo queda en casa. El Eibar, décimo, tiene 40 puntos. La Real Sociedad, por su parte, tiene 34 puntos y se coloca en la decimoquinta plaza