Su oportunidad en el Real Madrid (si es que llega), tendrá que esperar otro año más. Ya antes de comenzar en agosto comenzaron a surgir rumores sobre su continuidad en el equipo blanco y los últimos episodios han terminado por desatar las especulaciones.
Fue sustituido en un partido de pretemporada tras salir como suplente y no viajó con el equipo a Tallin para la Supercopa. Esos dos sucesos provocaron que los dos citados clubes holandeses pusieran sus ojos en él.
Por un lado está el Heerenveen, un equipo que le resulta familiar, ya que durante el último año y medio defendió su camiseta en calidad, también, de cedido. A su lado se encuentra el Vitesse, que parece estar apostando muy fuerte por su incorporación.
El Heerenveen confía en que Odegaard elija volver a jugar con el que fue su equipo, pero el entrenador del Vitesse dio a entender que es posible que Odegaard cambie de camiseta: "Espero que sea oficial pronto, pero todavía no se ha firmado nada".
Vaya a uno o a otro, lo que está claro es que Odegaard no vestirá de blanco, salvo sorpresa mayúscula, en esta temporada que ya ha dado comienzo. Otra nueva cesión para él... y ya sumarán tres.