Onolfo apareció de manera sorpresiva por la sala de prensa del estadio del Reus para diseccionar la actualidad del club, gravemente dañado por las deudas que dejó su anterior junta directiva, encabezada por Joan Oliver.
Un Oliver que según Onolfo reclama al Reus un montante de alrededor de 1,2 millones de euros en concepto de préstamos privados. Según Onolfo, esto provocó que la deuda aumentara hasta los ocho millones de euros.
La realidad del Reus sigue siendo desconcertante, es difícil discernir qué va a pasar con el equipo. Onolfo aseguró de nuevo que pagará a los trabajadores, pero solo a 37. Los mismos leyeron un comunicado muy crítico con la actuación de los nuevos dueños.
Algunos de los empleados llevan seis o siete meses sin cobrar, lo que aseguran es una situación "límite, insostenible y humillante". Algunos, explican en el comunicado, han visto afectada su salud.