El francés ha sido uno de los guardametas más fiables y seguros del torneo. Quizá estuvo apartado de la espectacularidad hasta la excelsa parada ante Alderweireld o la salvadora y estética estirada a remate de Martín Cáceres, pero el galo ha sido de los más decisivos en su posición.
Tanto es así que sumó siete paradas decisivas en cuartos y semifinales, es decir, en los momentos de la verdad. Uruguay sufrió cuatro de ellas, mientras que los belgas lamentaron tres intervenciones del cancerbero del Tottenham.
10 de julio de 2018
No se pueden pasar por alto los números defensivos de Francia. Apoyado en el dato anterior de 'MisterChip', queda claro que los cuatro goles encajados (tres en el mismo encuentro, ante Argentina en octavos) por los de Deschamps en todo el Mundial se deben a algo más que al gran papel de la zaga y la pareja Kanté-Pogba en la medular.
Pero si decisivas han sido las actuaciones de Lloris, las de su colega Subasic no se quedan atrás. Al igual que en los partidos se suelen olvidar a los '1', las tandas de penaltis son todo lo contrario. Un auténtico banquete para los metas en el que el croata se empachó.
Se echó a sus espaldas a los suyos cuando más lo necesitaban. Ante Dinamarca, Modric erró el penalti que sumió en la intranquilidad y el temor a los aficionados. No evitaron la lotería y los once metros serían los encargados de decidir al clasificado.
Y ahí apareció Danijel. Si bien se recuerda la gran actuación de Kasper Schmeichel, Subasic la superó deteniendo tres (a Eriksen, Schöne y Jorgensen) de los cinco penaltis recibidos y llevando a su equipo a los cuartos de final. Y aún hay más.
El portero acabó lesionado el encuentro ante Rusia tras ser vital durante los 120 minutos. Ambas selecciones se efrentaban de nuevo a la tanda, pero las molestias en el muslo no amedrentaron al del Mónaco ante la anfitriona y todo el apoyo del estadio. Detuvo el penalti a Smolov que acabó llevando a los croatas a las semifinales.
Sin duda, y aunque los Griezmann, Mbappé, Modric o Rakitic reciban todas las miradas, en la soledad de la portería habrá dos figuras dispuestas a hacer historia. Como lo hicieron Barthez, triunfador, y Ladic, derrotado, hace ya 20 años. Saben que, antes de empezar, pasarán desapercibidos, pero la estrella sólo se coserá en el pecho de sus compañeros con el permiso de sus guantes.