Rencillas regionales al margen, ambos llegan al partido como la esperanza de los suyos. En el caso local, el gran momento del marbellí lo pone bien fácil, mientras que la ausencia en los últimos partidos del 'pichichi' Quique hace que Carlos sea el del foco en el Dépor.
Ontiveros está en una nube. Pese al 'mazazo' que supuso el 4-2 de Riazor, el malagueño volvió a sacarse de la manga un golazo que hizo vibrar a toda una ciudad. Ya lleva cinco este año... ¡y los cinco en los últimos dos meses!
Además, todos ellos han sido desde fuera del área y de una factura más que bella. Alcorcón, por partida doble, Oviedo y Albacete ya le sufrieron en la fase regular y lo mismo les ocurrió a los gallegos el miércoles.
Pero Ontiveros tendrá que apretar de lo lindo si quiere sonreír al término del día. Desde lejos ya suenan cantos de sirena sobre su futuro, algo irremediable debido a sus obras de arte, que atraen a compradores a ritmos vertiginosos. Pero el futuro empieza por este sábado. Y no sólo le pasa al malaguista.
El Dépor llega con ventaja a lomos de un Carlos que lleva avisando varias campañas de su potencial. Es otro que está colocado en el 'mañana' del fútbol desde hace tiempo, pero en el 'hoy' también está dejando huella.
Suma diez goles, dos de ellos el pasado miércoles para revivir a los suyos. Asumió la responsabilidad, en el minuto 96, lanzar la pena máxima ante el Mallorca que podría haber sepultado anímicamente a los suyos. Lo clavó, los resucitó y ahora amenaza con terminar la faena.
Como su rival, el jugador cedido por el Sevilla tampoco ha sido un fijo todo el curso, sumando 26 partidos (23 como titular). Las lesiones le amargaron los últimos meses, pero ha vuelto para alcanzar la meta de todo el deportivismo. El sábado, duelo de 'cracks' con mucho futuro y aún más presente en La Rosaleda.