El partido entre el Newcastle y el Liverpool iba 2-2. Apenas faltaban cuatro minutos para que el árbitro pitara el final.
Los 'reds' vieron la oportunidad perfecta en una falta. Alexander-Arnold se preparaba para lanzar... Pero Van Dijk lo vio claro: así no iba funcionar.
El defensa tenía la jugada en su mente. Vio que Alexander-Arnold iba a disparar y llamó su atención.
Con un gesto, pidió a Shaqiri que fuera él quien lanzara la falta. Y así lo hizo.
Van Dijk eligió al lanzador. Sabía exactamente dónde la iba a poner... y Origi hizo el resto. Fusiló al Newcastle con un cabezazo que daba los tres puntos al equipo de Klopp.
Origi fue el héroe, sí, pero Van Dijk puede presumir de haber sido la mente ejecutora de esa falta.