Cuando se ve demasiado al de amarillo...

Osasuna está en un gran momento después de sus tres victorias consecutivas. Con 44 puntos mira hacia Europa con mérito y cabeza alta, pero la primera parte en El Sadar tuvo más protagonismo del que debería de Cordero Vega. Ya cuando se añaden seis minutos a una primera parte sabes que algo ha pasado. Una expulsión con una interpretación quizás algo extrema, polémica y una roja retirada le quitaron gas a una segunda parte que fue demasiado cuesta arriba para un Sevilla que se encontró un rival que supo gestionar muy bien su ventaja.
Caparrós sorprendió con un once con pocos argumentos ofensivos y con Lukebakio como referencia. Con Hormigo en el costado izquierdo. Poco a poco, Osasuna comenzó a crecer en el partido con especial protagonismo de Areso, incisivo por el costado derecho. Desde esa zona llegó precisamente el primer gol, pero de un libre directo encargado al 'Joker'. Rubén García tomó distancia, marcó los pasos y mandó la pelota, con un golpeo que no invita a pausar la repetición, a la escuadra izquierda de la meta de Nyland. 1-0.
Un gol que bien merecía protagonismo en el partido, pero fue a partir de entonces cuando se empezó a hablar más con y de Cordero Vega. En una acción de contragolpe del Sevilla, Dodi Lukebakio dirigió las operaciones y descargó a la banda. La cámara de la retransmisión se fue con la pelota, pero Cordero Vega había parado el partido para mostrarle la cartulina roja al belga. En ese momento, en el directo no se había apreciado nada punible. En la repetición, el atacante del Sevilla recibe un agarrón de Catena y Lukebakio le suelta el brazo para tratar de quitárselo de encima. Parece que le golpea en el cogote. Para el criterio del árbitro, roja directa.
No se lo podía creer Joaquín Caparrós en la banda. Tampoco Vicente Moreno, que se vio reflejado en su compañero solo unos minutos después. En una acción en el centro, Pablo Ibáñez metió la pierna en un lance con Sow. Cordero Vega no dudó y le mostró la cartulina roja también al futbolista de Osasuna, que se llevó las manos a la cabeza. No se lo podía creer El Sadar, que respiró tranquilo cuando el VAR revisó la jugada y mandó al colegiado a verlo a la pantalla. Reculó Cordero Vega y rectificó para dejar en nada su anterior decisión, quizás algo influenciada por la primera.
Así, se llegó al descanso. En la segunda mitad, el Sevilla sufrió mucho a causa de esa inferioridad numérica. Osasuna jugó bien sus cartas, fue capaz de mover la pelota para desgastar a los andaluces y no arriesgar. Los de Caparrós amenazaron muy poquito y notó también en lo físico. Bryan Zaragoza entró, agitó y fue un dolor de cabeza para Carmona, primero, y Juanlu, después. Cedió un gran centro a Budimir y luego probó el malagueño en un disparo cruzado que no encontró portería.
Cuando el partido entró en esa fase en la que Osasuna debía dormir el partido, el Sevilla tiró de orgullo para encontrar las más claras de la segunda parte. Agoumé se quedó a centímetros de hacer el 1-1 en un córner y, luego, García Pascual y Peque dispusieron de sendos remates en el interior del área que no encontraron portería para respiro de los aficionados de El Sadar. Al final, tres puntos que saben a gloria para los de Vicente Moreno porque se ponen con los 44 del Mallorca, octavo. El Sevilla se mete de lleno en la lucha por la permanencia con un +5 por encima de la quema.