Su historia es la de un tremendo juguete roto. Fichó por el Madrid en 2007, con 20 años y como gran figura del Europeo Sub 21 de ese año. Pero toda la gloria que le esperaba se convirtió en infierno.
Todo lo que le pasó, las vueltas que dio su vida y su carrera, es harto conocido. Ahora no tiene tantos ojos encima, pero vuelve a recuperar la felicidad en su vida. Tuvo que retirarse de manera prematura y volver dos años después para ello.
Ahora suma cuatro goles y tres asistencias en el Sparta de Rotterdam, en la Eerste Divisie. Algunos de ellos tan bellos como el que anotó de falta en el último choque liguero contra el Telstar, una falta centrada que transformó con toque fuerte y sutil sobre la barrera.
Tras 18 partidos confirmado como lateral zurdo, está siendo de los mejores de su equipo, con el que peleará por el ascenso a la Eredivisie. A cinco puntos del líder, el Den Bosch, está en puestos de promoción.
En septiembre todo empezó a cambiar. Ahora, las sonrisas por fin le acompañan dentro de los terrenos de juego.