El Borussia Dortmund volvió a las andadas y todos los equipos que han quedado en segunda posición en la fase de grupos de la Champions League ya suspiran por que sea el equipo que les caiga en el sorteo.
Los amarillos tropezaron en el Signal Iduna Park ante un Stuttgart letal al contragolpe, que machacó una y otra vez a un equipo roto y demasiado centrado en atacar.
Las cosas se le pusieron difíciles a los amarillos después del penalti de Emre Can con el que Wamangituka ponía por delante a los suyos mediada la primera parte.
Otra vez le tocaba remar al Borussia, que parecía encarrilar el partido en la primera parte con el tanto de una de sus grandes perlas, el estadounidense Reyna.
Sin embargo, tras el descanso, el Stuttgart fue letal. De nuevo Wamangituka puso el 1-2 y los del Signal Iduna Park se volcaron con todo a por el empate.
Quedaba mucho, pero los riesgos que tomaban los locales eran casi absurdos. Poco después del 1-2, llegó el 1-3, de Förster. Y una nueva ocasión en la que el Stuttgart se topó con el palo.
Mientras Kobel se lucía, el Stuttgart machacaba en cada contragolpe. Coulibaly puso el 1-4 y el Borussia, en el que entró Reinier, se desmoronó.
A Nicolás González no le pitaron penalti en una acción en la que se quedaba solo ante Bürki tras irse de Hummels y el Stuttgart decidió no hacer más sangre.
Solo un tanto anulado a Reyna por fuera de juego previo de Moukoko agitó el partido, pero ya demasiado tarde como para que los locales se lo creyeran. En pleno tiempo añadido, Nico González sí que culminó otro contragolpe que retrató a Hummels y a Zagadou para poner el humillante 1-5 final.