La crónica clásica en el periodismo deportivo no es más que contar lo que pasa en un partido. Pero cuando una vuelta se disputa después de un 1-4 en el primer encuentro, suele haber poco o muy poco que contar.
Pero Robert Lewandowski, como buen 'crack', hace que ya merezca la pena montar todo un partido de Champions con solo su presencia. Y por ver cómo lo hace otra vez. Porque sí, lo hizo una vez más. Otro gol para la saca del polaco, otro plato para su bufé cada vez más libre. Ya lleva 39 en 35 partidos este año, cinco en los seis europeos que ha jugado.
Los aficionados de la Lazio, eso sí, pueden decir adiós al torneo con la cabeza alta. En la ida no dejaron mala imagen (salvo en defensa) pese a la goleada y en Múnich, pese a la suplencia de Immobile, nunca renunciaron a la dignidad y a un gol que acabó llegando al final, pero que pudo aparecer antes.
Pisó el área con peligro en el inicio el cuadro romano. Luis Alberto y Milinkovic-Savic avisaron a Nübel, titular en esta ocasión, aunque el meta solo tuvo que ver cómo ambos intentos se iban fuera.
Reina también observó desde primera línea el zurdazo que Sané mandó muy cerca del palo en el primer aviso del Bayern. O segundo, porque a los 20 segundos, el portero español jugó mal con el pie y su lanzamiento dio en la cabeza de un rival. Para su bien, no pasó a mayores.
Lewandowski, sí, otra vez Lewandowski
En el minuto 31, el partido se agitaría tras un inicio con algunas llegadas pero con claras señales de lo que había pasado ya en la ida. Acerbi agarró ligeramente a Görtezka, pero fue suficiente para que el rumano Istvan Kovacs pitase penalti. Y pitar penalti para el Bayern es a Lewandowski como un bufé libre a un glotón condenado a la dieta eterna. No hay quien se resista.
El polaco engañó a Reina, un especialista en la materia, y abrió el marcador. No se conformó el bueno de Robert, ya que se pidió poco después una falta en la frontal que estrelló en la barrera. El tanto hizo mella en la moral 'lacial' y el equipo no volvería apenas a aparecer en ataque hasta la segunda parte.
Tras el descanso, Reina salvó un mano a mano ante Lewandowski. Algo escorado, el '9' se quedó sin doblete al estrellar la bola en el cuerpo del portero español. Esta ocasión avisó de lo que vendría, unos minutos de asedio a un ritmo alto de un Bayern que parecía querer adelantar el reloj a base de méritos y ahorrarse algo del trámite.
Lewandowski terminó su repertorio de participación en el partido con un trallazo al palo desde la frontal poco antes de ser cambiado. El polaco mereció más, pero su cuenta seguro que no se resiente con lo que ya lleva a sus espaldas esta temporada.
En su lugar, Choupo-Moting saltó al césped en el 71'. Y en el 73' hizo el 2-0. Hasta para irse parece que Robert tiene relación con el gol. Alaba le dio un gran pase filtrado entre los centrales y, de primeras, el delantero batió a Reina para sentenciar también la vuelta.
Entre cambios, minutos para unos y el ahorro de los mismos para otros, la Lazio encontró una justa recompensa, no tanto por los méritos (que también) sino por la constancia. Pereira botó una falta al segundo palo que remató Parolo entrando a la perfección desde atrás. 2-1 y colorín colorado.
Gnabry falló una muy clara en una buena intervención del portero visitante antes de que el colegiado, tras un añadido intentendible de cuatro minutos, decretase el final. El Bayern ya espera rival en cuartos y la Lazio ya piensa sola y exclusivamente en la Serie A.