Con Suárez llegaron Rakitic, Ter Stegen y Bravo. Los cuatro han rendido, pero no llegaron solos. Ese verano, el Barça tiró la casa por la ventana, y fichó a Mathieu, Vermaelen y Douglas. Huelga decir cómo han salido estos tres.
El verano siguiente se fichó a Arda Turan y Aleix Vidal, pero no pudieron jugar hasta enero. Para colmo, ninguno de los dos estuvo al nivel esperado y Luis Enrique empezó a prescindir de ellos.
Y hace un año se fichó a André Gomes, Paco Alcácer, Samuel Umtiti, Lucas Digne, Cillesen y Denis Suárez. Ninguno de ellos fue un fichaje de esos que te llenan el Camp Nou, y sólo Umtiti se ha hecho un hueco en el equipo. Los otros parecen condenados a pasar sin pena ni gloria por el Barça.
Este año se hablaba de grandes incorporaciones. Verratti, Bellerín, Dembélé, Mbappé, Griezmann, Saúl... Algunas, claro, con más fundamento que otras.
Por ahora, ninguna se ha hecho realidad. Y en lugar de un lateral de primer nivel como Bellerín, ha llegado Nelson Semedo. Nadie duda de su calidad ni de su proyección, pero es inevitable pensar que es un 'plan B', o uno 'C' incluso.
Son tres años esperando un fichaje de esos que ilusionan a la afición, de los que te llenan el estadio en la presentación. Pero, al paso que va este Barcelona, tampoco será en 2017 cuando ocurra.