Y es que, el primer acto estuvo falto de goles y de ocasiones. La guerra se libró, sobre todo, en el centro del campo, pues ambos equipos se basaron en un juego sólido en la medular para no dejar escapar la posesión.
Aunque en la segunda mitad todo cambió. El paso por vestuarios pareció activar a todos los jugadores y en los 45 minutos definitivos se vio un aumento de la intensidad que bien se reflejó en el tarjetero del colegiado (siete amarillas: cuatro para Puebla y tres para Pachuca).
Entre tanta guerra, a 20 minutos del final, Amione le cedió un balón a Alustiza para que inaugurar el marcador. Un gol que parecía sentenciar finalmente el encuentro, pero Botta tuvo la última palabra y, gracias a un pase de González, transfirió la igualdad del campo al marcador.