Apenas han jugado dos partidos cada uno, y en el mejor de los casos han sido suplentes, cuando no han estado descartados. Sus cesiones costaron en torno al millón de euros cada una, pero no están dando el rendimiento esperado.
No parecen haber convencido a Valverde, quien a fin de cuentas es quien decide quien juega y quien se queda en el banquillo o en la grada. Pero ni el hecho de que llegasen por necesidad les ha dado minutos.
Murillo fue fichado para hacer de tercer central, por las lesiones de Vermaelen y Umtiti, y para dar descanso a Piqué. Pero Valverde ha confiado en que el central catalán se dosifique, pues su rendimiento junto a Lenglet está fuera de toda duda.
Desde su llegada apenas ha jugado dos partidos, la eliminatoria copera contra el Levante, además de la Supercopa de Catalunya. Titular en los tres, el Barcelona sólo ha ganado uno de ellos, perdiendo los otros dos.
El caso de Boateng no es muy distinto. El ghanés llegó para que Luis Suárez pudiera descansar, pero como Murillo, sólo ha jugado dos partidos oficiales. En su caso, la ida de las semifinales de la Copa del Rey ante el Sevilla y el partido contra el Valladolid.
También, como Murillo, fue titular en la Supercopa de Catalunya. Y, como Murillo, sólo ha ganado uno de los tres partidos, perdiendo los otros dos.
Se esperaba que dieran el famoso 'rendimiento imediato', que no sin cierta sorna acompaña a no pocos fichajes del Barcelona desde tiempos de Zubizarreta como director deportivo, pero no está siendo así.
El Barça de Valverde ha sabido suplir por sí mismo las necesidades por las que se fichó a estos dos en calidad de cedido. De que la Liga quede decidida de antemano depende en buena medida el verles vestir de azulgrana con asiduidad hasta el final de la temporada.