No va a ser fácil sacar a Mbappé de París. Con un hueso duro enfrente como el PSG, el futuro de Kylian está ligado al cuadro francés hasta 2022, cuando podrá negociar libremente con cualquier club. Hasta entonces, depende de las intenciones de Al-Khelaïfi y los suyos.
Está llamado a ser el mejor futbolista de la próxima década. Con el permiso de Messi, Cristiano o Neymar, entre otros, el ex del Mónaco, por edad, cualidades y potencial debe ser el jugador que marque una época en los años venideros.
El Madrid, y otros tantos clubes, lo saben. Ante la negativa de entablar una negociación con el equipo galo por Mbappé, como ya repitió una y otra vez Leonardo, director deportivo de los galos, los blancos han decidido esperar acontecimientos.
Y, de momento, comienzan a llegar los primeros. En las últimas semanas, los gestos de rebeldía de Mbappé con Tuchel después de ser sustituido no han gustado nada en Francia, donde se han colocado de parte del técnico.
Aunque el alemán quiso suavizarlo en sala de prensa, el delantero galo mostró su último descontento ante el Montpellier, cuando abandonó el terreno de juego en los últimos minutos. Kylian quiere ser considerado una estrella, en todos los sentidos.
El PSG está dispuesto a negociar un contrato que se adapte a ese estatus en la plantilla, pero Mbappé, de momento, sigue sin renovar. Un hecho que impacienta cada vez más a Al-Khelaïfi.
'Le Parisien' reseñó una primera oferta del club de unos 25 millones de euros netos por temporada para el futbolista, que ampliaría su vínculo hasta 2025. Sin respuesta hasta ahora por parte del jugador.
Para que se dé esa firma, como reseña 'Marca', pueden ser claves los resultados deportivos que consiga el PSG esta temporada. Más allá de lo que ocurra en la Ligue 1, Mbappé quiere, de una vez por todas, poder pelear por la Champions.
Un nuevo fracaso en Liga de Campeones podría agotar la paciencia del delantero francés, que poco a poco tensa una cuerda que el cuadro parino no quiere romper.