Del Parque de los Príncipes a Ipurua hay un abismo, el mismo que entre la Champions y la Liga. No sólo por la diferencia de nivel o de competitividad, sino por lo que representa esta temporada para un Madrid que hace tiempo que se lo jugó todo a la carta de la Copa de Europa.
En París, la plantilla de Zidane consiguió salir airoso cuando más envalentonado se sintió el PSG. Una victoria con la que seguir creciendo, pero la cual Zidane quiere que se guarde en el cajón. En la vuelta a los entrenamientos, el francés ha buscado que sus jugadores borren la capital francesa de su disco duro.
"París ya no existe", desveló 'Marca' que espetó Zidane en Valdebebas. Vuelve la Liga y lo hace con el Eibar como anfitrión. En Ipurua, el Madrid se mantiene invicto, pero no puede permitirse el lujo de caer nuevamente lejos del Bernabéu tras la derrota en Cornellà.
El campeonato doméstico está imposible, pero aún sigue valiendo de mucho para el Madrid. Sirve, en primer lugar, como banco de pruebas. Isco o Bale tendrán su oportunidad, al igual que posiblemente un Theo que es otro de los futbolistas que necesita cariño y minutos.
Cualquier triunfo en Liga cuenta para ampliar la moral del grupo. Ganar le gusta a cualquiera, aunque es más que evidente que la máxima prioridad es la Champions. En París, el Madrid dio un pasito más hacia su objetivo, aún lejano, aunque Zidane no quiere ni acordarse de dónde queda la capital francesa.