Mayor porque contaba con un equipo más compacto, con un equipo más hecho, con un Leo Messi más atinado, en los mejores números de su historia, tras una exhibición salvaje en la ida.
Mayor porque el Liverpool jugó si dos de sus mejores jugadores, sin Salah ni Firmino. Con Origi y Shaqiri, dos inexpertos en Champions. Porque en esta Champions los 'culés' no habían encajado más de dos goles.
El desastre de Anfield supera al de Roma por ser en semifinales, porque lo tuvo cerca, porque tuvo ocasiones, lo acarició... pero el Liverpool es finalista de la Champions 18-19.
Es una debacle porque el 4-0 es de patio de colegio, un gol que de ninguna manera se puede permitir un equipo profesional y acostumbrado a la élite. Inadmisible el 4-0.
Para entonces el Barcelona de Ernesto Valverde ya estaba en 'shock'. El 4-0 de París, el 3-0 de Turín, el 3-0 de Roma, el 4-0 de Liverpool. Ciudades ya malditas.
La Champions se le complica al Barcelona, se le complica a Messi, que soñaba con "esa copita linda". El mejor futbolista de la historia vuelve a quedarse sin final. El último trienio del Barça en Champions viene manchado por la trayectoria del equipo azulgrana lejos del Camp Nou.
7 de mayo de 2019