Si hay un partido extraño en la historia, ese es el 4-2 que Barbados le endosó a Granada en la clasificación a la Caribbean Cup 1994. Ambas selecciones llegaban al último partido con opciones de clasificarse a la competición. Para hacerlo, a Granada le valía la victoria o la derrota por un gol. Mientras tanto, Barbados tenía que ganar por dos tantos de diferencia o más si quería estar en la fase final.
Hasta aquí todo normal, pero es que los organizadores de la Copa se habían inventado una regla extraña que, a la postre, sería decisiva. Ningún partido podía finalizar en empate y, si los equipos empataban, se iban a la prórroga, en la que existía la regla del gol de oro que, sorprendentemente,... ¡valía 2 goles!
Aunque antes del torneo nadie reparó en ello, esta extraña regla propició que el último partido del triangular de clasificación fuera el más extraño que se ha visto en toda la historia. Barbados comenzó dominando el choque y se puso en cabeza con 2-0. No se puede decir que Granada no tuviera oportunidades, pero fue incapaz de recortar diferencias hasta el minuto 83.
Una vez conseguido el 2-1, Barbados tenía que marcar el tercero si quería meterse en la fase final y se volcó sobre la portería de Granada, pero, al no conseguirlo, decidió anotar en su propia portería el 2-2 a falta de tres minutos.
Esos últimos instantes del choque fueron los más caóticos que se recuerdan en un partido oficial. A Granada le valía para clasificarse tanto un gol en propia puerta como a favor, por lo que Barbados tuvo que emplearse para defender ambas áreas como si le fuera la vida en ello. Lo consiguió y el partido se fue a la prórroga, donde Barbados, para darle más interés a esta historia, logró el gol necesario que significó el 4-2 -por el valor doble- y su clasificación para la Caribbean Cup.
A la conclusión del choque, James Clarkson, entrenador de Granada, reaccionó con disgusto a lo que consideraba que había sido un engaño. "Me siento traicionado. Quien creara las reglas para este partido -por el valor doble del gol de oro- es candidato número uno a acudir a un manicomio. Nuestros jugadores no sabían qué portería de las dos debían atacar, todo fue muy confuso. Este partido nunca debería haberse jugado en estas condiciones", aseguró.
Engaño o no, la de Barbados fue probablemente la falta de 'fair play' más grande de toda la historia. O, según apuntan otros, una de las decisiones más inteligentes jamás vista en un campo de fútbol.