El estadio Rodrigo Paz albergó, justamente, lo contrario. Una guerra sin cuartel en Quito entre Ecuador y Brasil que quedó marcada por una primera parte surrealista, en la que ocurrió de todo: dos expulsados, múltiples interrupciones, una roja que se convirtió luego en amarilla y, por último, fútbol.
La 'Canarinha' sacó un once de gala, con Vinicius haciendo de Neymar por la izquierda y con prácticamente los mejores sobre el verde. No tardó mucho en abrir la lata, aunque con algo de fortuna. Raphinha enganchó un rechace en la frontal que despejó el arquero Alexander Domínguez. El rechace le cayó a Coutinho y este la puso al segundo palo para que rematase Cunha. Volvió a parar el meta ecuatoriano, pero no contó con Casemiro, muy atento para ver dónde quedaba la bola muerta y mandarla al fondo de la red. Como en el Real Madrid ha hecho tantas y tantas veces.
Si ya se puso el partido cuesta arriba para la 'Tri', llegó el más difícil todavía por culpa de su guardameta Alexander Domínguez, que salió de su área parra evitar que Cunha agarrase un balón dividido. Mala decisión hacerlo con la pierna levantada: impactó en el cuello del delantero. En un principio, el árbitro, siempre protagonista en el choque, no señaló nada, pero el VAR le avisó de su posible error. Vista la acción no dudó ni un segundo: roja directa y Ecuador tenía un jugador menos en el minuto 15.
Ya pasó la Navidad para este tipo de regalos
Una superioridad que le duró únicamente cinco minutos a Brasil, lo que tardó en ver Emerson su segunda amarilla. El lateral del Tottenham selló una actuación para olvidar con su país tras derribar a Estrada. No le dio tiempo ni a sudar y ya se marchó para las duchas.
El surrealismo no quedó ahí y continuó en el campo de la 'Canarinha'. El homólogo de Alexander Domínguez, Galíndez entró para ponerse los guantes, en el elenco brasileño, Alisson, imitó a su rival: pierna en alto en un balón dividido y esta vez el trencilla si decidió enseñarle la roja. Sin embargo, el VAR volvió a llamar al colegiado para que revisase todo de principio a fin. Decidió rebajar el castigo y enseñarlo solo la cartulina amarilla al del Liverpool, que estuvo a un centímetro de condenar a su equipo.
Lo dicho, fue una guerra balompédica que frustró el juego en sí por las constantes interrupciones durante la primera mitad, la cual se alargó, normal por otro lado, hasta diez minutos. Brasil se marchó al intermedio por delante en el marcador y con muchos agujeros de bala en su camiseta.
Casi sin tiempo para respirar, se anularon dos goles al salir de vestuarios, uno a cada equipo. Estrada cazó un centro de Enner Valencia para mandar el balón a la red, pero anteriormente había salido, tal y como indicó el linier. En la siguiente acción, Dani Alves -que entró por Coutinho tras la expulsión de Emerson- botó una falta y la puso al segundo palo, donde llegó como un tren Casemiro. Marcó, pero estaba adelantado y el luminoso se quedó con el 0-1.
La 'Tri' se valió de sus extremos para hacer daño. Enner Valencia y Plata, sobre todo este último, fueron unos puñales constantes por sus bandas. Las ocasiones más peligrosas llegaban de sus botas, además de las jugadas a balón parado, de las cuales se encargaba Estupiñán.
Justamente fue al del Villarreal al que Raphinha hizo penalti. Le pisó el tobillo y el árbitro indicó con su dedo el punto fatídico. Lo mereció Ecuador, siempre protagonista de las mejores ocasiones. Pero, como suelen decir, no hay dos sin tres: el VAR apareció una vez más. El del Leeds, antes de derribar a su rival, tocó balón, suficiente argumento para que se anulase finalmente la pena máxima. Los de Alfaro no se lo podían creer.
Nunca el término justicia había tenido tanto sentido
Si paz no hubo, la justicia no parecía que iba a llegar, pero sí aterrizó en Quito. Plata botó una pelota desde la esquina y Torres se elevó entre la defensa de Brasil para mandar, con un potente testarazo, el balón al fondo de las mallas e igualar así la contienda. El Rodrigo Paz explotó y se convirtió en una caldera.
Y cuando todo apuntaba al empate definitivo, llegó otra vez Alisson para ponerle picante al final. El del Liverpool volvió a pifiarla en una salida y al intentar despejar con las manos impactó en la cabeza de Preciado. El trencilla decidió pitar penalti y Ecuador tenía ante sí su gran oportunidad para certificar de manera definitiva su clasificación al Mundial. ¿Quién dijo que no había tres sin cuatro? Sí, el VAR avisó al colegiado y revisó, una vez más, lo ocurrido entre el arquero y el jugador de campo. Por suerte para el 'red', este tocó la pelota un segundo antes de que lo hiciese el rival con la cabeza. Anuló la pena máxima y todo Ecuador explotó.
Reparto de puntos en un partido en el que la justicia apareció a medias. La 'Tri' mereció el empate e incluso la victoria, pero este punto acerca aún más al equipo a su objetivo de estar en el próximo Mundial de Catar 2022. Brasil iba a pasar un trámite que finalmente se convirtió en una guerra con el balón como arma de fuego.