Ante la infinidad de instituciones y organismos de la esfera deportiva, es comprensible que el lector se fatigue. Conviene operar con cautela a la hora de explicar una noticia importante de cara a las elecciones de este año en la RFEF: Pedro Rocha, el presidente de la comisión gestora, podría ser inhabilitado antes de los comicios. Supondría un varapalo enorme para él, pues acaba de dimitir de la Federación Extremeña justamente para poder opositar al poder nacional.
Miguel Galán, máximo mandatario del Centro Nacional de Entrenadores de Fútbol -CENAFE-, ha enviado ya dos denuncias al líder del Consejo Superior de Deportes -CSD-, José Manuel Rodríguez Uribes, para que eleve al Tribunal Administrativo del Deporte -TAD- sus quejas sobre el sucesor de Luis Rubiales. Quiere que sea apartado de su puesto y para ocuparlo en el futuro. ¿El motivo? Extralimitarse de sus funciones.
Galán -CENAFE- sostiene que Rocha -comisión gestora de la RFEF- ha llevado a cabo acciones que no puede al actuar en calidad de interino. Renovar a Luis de la Fuente como seleccionador, atribuirse un sueldo de más de medio millón de euros o tardar más de seis meses en convocar comicios son algunas de las irregularidades. Curiosamente, la última de ellas está auspiciada por las dudas que había sobre si, en su papel, era legal que llamara a las urnas.
Medios de enjundia nacional como 'El Confidencial', 'El País', la cadena 'SER' u 'Onda Cero' informan de que las quejas de Galán ya han sido elevadas al TAD, de modo que podría haber una resolución pronto. Que el presidente de CENAFE se persone con su nombre y apellido es especialmente interesante -y, para Rocha, preocupante- porque ya estuvo en los casos que llevaron a Rubiales y a Ángel María Villar a salir de la Federación.