El Mallorca se aprovechó del Atlético de Madrid. Lo hizo cuando más duele, cuando perdía 1-0 y tenía el tiempo suficiente para remontar y llevarse los tres puntos en el Wanda Metropolitano.
Dice Vetusta Morla que dejarse llevar suena demasiado bien, pero no lo entiende así el aficionado 'colchonero', que pese a jugarse el pase a Champions en apenas tres días, no entiende cómo el Atlético se volvió a dejar los tres puntos.
La versión más 'timorata' apareció en el Atlético de Madrid tras unos buenos diez primeros minutos. Y es que el propio Simeone dejó entrever que el partido importante era el que se jugaba en Oporto.
Se comió a sí mismo el Atlético de Madrid. Dejó de jugar y permitió al Mallorca crecerse y creer en sí mismo. Solo Oblak mantuvo a flote al cuadro rojiblanco en la primera mitad mientras aparecían Abdon y Kang-in Lee en el ataque bermellón.
Ante las rotaciones de Simeone, Cunha aprovechó su oportunidad para reivindicarse. Desapareció Griezmann, al que se le vio deambular un día más. Tampoco estuvo acertado Correa, pero sí el brasileño, al que un error propio le permitió marcar el 1-0 con los tacos, algo poco visto en el fútbol.
Consciente de que Suárez no estaba para todo el partido, Simeone lo reservó para el final, pero no apareció. Y es que con el 1-0, y pese a tener la mejor plantilla de toda la Liga, el Atlético se volvió a echar un día más hacia atrás.
No puede hacerlo un conjunto de la calidad del Atlético ante un Mallorca que jugó bien sus armas. Se echó hacia adelante y, a balón parado, le dio la mejor de las medicinas al Atlético con el cabezazo de Franco Russo.
Consciente de que no ganaba un punto, sino que perdía dos, el Atlético se tiró hacia el área de Reina a la desesperada. Ahí apareció un madridista, para más inri 'colchonera', para clavar el último clavo de la tumba rojiblanca.
Kubo, el más listo, salió desde su campo y aprovechó el gran pase de Ángel para batir por debajo de las piernas a un Oblak que ha pasado de ser un santo a un gran portero, pero que ya no obra milagros.
Todo ello mientras el Atlético vio cómo, al principio del partido, perdió a un Savic que, salvo sorpresa, será baja también en la final ante el Oporto.