El Mónaco perdió su partido de clasificación a la Champions League 2021-22 en la prórroga por un gol en propia puerta de Aguilar en el minuto 114 del encuentro, es decir, durante la prórroga. El defensa, que había entrado al campo desde el banquillo para el tiempo extra, rezumó mala suerte en una acción ofensiva rival.
Metió el pie para interceptar un pase que le venía con potencia y, como consecuencia de ello, elevó el cuero hacia su portería. La trayectoria que, sin intención alguna, imprimió al cuero despojó a Nübel, su compañero bajo palos, de toda opción de evitar la pesadilla. La bola se alojó en el fondo de sus mallas.
La caída dolió mucho más teniendo en cuenta el buen hacer de los de Niko Kovac a lo largo del encuentro, sobre todo en su primera mitad, cuando se supieron claramente superiores a los ucranianos tanto en el verde como en el luminoso, donde un doblete de Ben Yedder no advertía ni de lejos de tan desastroso final.
El propio Aguilar, con la expresión triste, se convirtió en la encarnación viva de este sentimiento conforme la pelota rebasaba la línea de gol del Mónaco y él lo vislumbraba impotente. Se quedó quieto y, cuando supo que había pasado de verdad lo peor que le podía pasar, se echó al suelo con las manos en la cara.