Fue fichado en enero de 2019 con el fin de revolucionar el ataque 'rossonero', tras firmar media temporada de ensueño en el Genoa. Sus cifras fueron notables, pero distaron de las que hicieron que el Milan se prendara de él.
Ahora, esta nueva temporada, se ha desplomado. Tres goles en doce partidos es todo lo que ha podido aportar a un Milan más mediocre que nunca.
Un Milan dividido, entre los que consideran que el club debe apostar por él y respaldarle, y los que quieren que se marche, para poder fichar a un delantero mejor.
La sombra de Ibrahimovic sobrevuela al ariete polaco, quien sin duda deberá dar lo mejor de sí mismo de aquí a fin de año para tratar de convencer a sus detractores de que es el delantero que necesita el Milan. El primer paso lo ha dado con su gol a Israel con Polonia.