La jugada no parecía para tanto. Le entró Bartra, se fue al suelo y tuvo la mala suerte de caer mal. Tan mal, como para sacarse la articulación del nudillo del meñique de la mano derecha de su sitio.
Benzema pronto se dio cuenta de lo que sucedía, y el dolor se hizo de inmediato insoportable. No quería mirar, y cuando sus compañeros, como Modric, rivales o el mismo árbitro vieron de qué se quejaba, sus caras se convirtieron en un poema.
13 de enero de 2019
El dedo de Benzema, en una posición de todo antinatural, pone los pelos de punta. En ocasiones, las lesiones más feas ocurren de la forma menos esperada.
13 de enero de 2019
Benzema se marchó al descanso, a los vestuarios, acompañado de las asistencias. Durante el intermedio, los médicos del Madrid trataron de recuperarle para la causa, pero no fue posible. En su lugar entró Cristo.
Las primeras exploraciones realizadas a la maltrecha mano del delantero francés revelaron el peor de los pronósticos. No era una luxación, no se había dislocado el dedo. Todo parecía indicar que se lo había roto. La primera exploración reveló una fractura en el dedo meñique de su mano derecha,