La Sudamericana ya tiene nuevo campeón. Independiente del Valle se alzó con el título en un encuentro en el que parecía tenerlo todo en contra. Pese a jugar en Paraguay, el 'Sabalero' parecía hacerlo como local, ya que reunió a unos 35.000 aficionados en las tribunas. Por su parte, los ecuatorianos, según las previsiones, apenas llegarían al centenar de seguidores.
Sin embargo, las 'papas' se juegan en el terreno de juego y no en la grada. Y esto lo demostró desde el principio un Independiente del Valle que se adelantó en la primera parte de la primera parte del encuentro. No es una errata. Es que la lluvia partió en dos los primeros 45 minutos de fútbol.
León, en el 25'. batió por debajo de las piernas a Burián, portero de Colón, tras el saque de una falta. La posición fue más que justa, pero el VAR no contradijo al colegiado y este dio validez al tanto.
El 1-0 ya llegó bajo la lluvia, pero esta se volvió inaguantable unos minutos después para jugadores, árbitros y, sobre todo, el césped. Tanto fue así que el árbitro decidió detener el encuentro a la espera de una mejoría del tiempo que, finalmente, llegó.
El choque estuvo alrededor de una hora parado. Los operarios lograron secar los charcos con escobas y rastrillos, algo a lo que ayudó una notable disminución de las precipitaciones.
A la vuelta al césped, Independiente del Valle volvió a golpear. Sánchez puso un balón raso al segundo palo en busca de un rematador que resultó ser un rival. El desvío de la defensa acabó subiendo el 2-0 al marcador de 'La Nueva Olla'.
El tanto llegó cuando mejor estaba Colón. De hecho, el 'Sabalero' no fue inferior a los ecuatorianos en el encuentro, pero IDV se basó en lo más primitivo del fútbol. Eficacia arriba y contundencia atrás.
Tras el descanso, y una vez demostrado lo primero, reiteró lo segundo. Y de eso se encargó Pinos. El meta acabó con buena parte de la fe de Colón al detenerle un penalti a la 'Pulga' Rodríguez, estrella de los argentinos, en el 55'.
A partir de aquí, los de Santa Fe forzaron las marchas, pero notaron el golpe anímico. De hecho, Pinos apareció en alguna otra ocasión para frenar a los Morelo, Zuqui, Rodríguez y cía, aunque Olivera sí logró superarle en la recta final del choque.
El central remachó en el área en un acrobático remate el 2-1 en el 89'. Un largo añadido de siete minutos dio esperanzas a un Colón que incluso pudo empatar en una carrera de Morelo hacia la meta rival que fracasó en el último toque del delantero.
Pero lo que acabó llegando fue el 3-1 con los argentinos volcados. Dájome, a placer, llevó las lágrimas de rabia a la mayoría de las gradas y las de alegría a una pequeña porción de seguidores que demostraron, una vez más, que el fútbol entiende poco de todo lo que pase fuera del terreno de juego.