Durante la última década, Gerard Piqué ha sido la gran referencia de una defensa azulgrana en la que ha sido incuestionable año tras año.
Sin embargo, ni siquiere el '3' del conjunto catalán es inmune a unas críticas que suelen arreciar en los malos momentos.
El Barça está atravesando uno de ellos y el central vive en el plano personal uno de sus peores estados de forma en los últimos tiempos.
El futbolista está sufriendo de lo lindo las carencias en el juego de este Barcelona de Ernesto Valverde y algunos datos delatan a Gerard.
Y es que Piqué suma ya nueve tarjetas amarillas en lo que va de curso, un signo más que evidente de que el jugador, en ciertas fases de los partidos, se está viendo superado.
A su nivel sobre el césped se suma además su constante actividad fuera del mismo, algo que no hace más que incrementar las dudas sobre su rendimiento.
Su campaña constante con la Copa Davis, los eventos que la misma conlleva y alguna que otra declaración salida de tono tiene a muchos con la mosca detrás de la oreja.
Está en las manos de Piqué revertir esta situación y volver a ser ese zaguero imperial que acostumbra ser. Algo que su equipo agradecería bastante.