Una polémica mayúscula se produjo sobre el cierre de la primera parte del partido entre Valladolid y Sevilla por la Liga Española, cuando el árbitro Miguel Ángel Ortiz Arias pitó el descanso justo antes que un disparo del conjunto local entrase a portería.
A los 49 minutos, ya con el tiempo añadido cumplido, el conjunto pucelano contó con un córner a favor. Iba a ser la última jugada de la primera parte, pero finalizó en un escándalo que dio que hablar.
Tras el centro desde la esquina, el balón quedó muerto en la frontal del área y, justo cuando el colegiado marcó el final, Sergio Escudero le pegó desde fuera y envió el balón al fondo de la red.
Ortiz Arias, pese al efusivo reclamo de toda la plantilla local, anuló el gol del Valladolid y sentenció el final de la primera parte, ya que el pitido se produjo un segundo antes de que el futbolista disparara a puerta desde atrás de la frontal del área.
La jugada estuvo bien arbitrada, pero los jugadores del Valladolid pidieron que el gol subiera al marcador. Incluso, el entreador Paulo Pezzolano se acercó para reclamar y hasta un colaborador suyo vio la tarjeta roja por increpar al árbitro.
Cuando los dos equipos y el árbitro regresaron al campo de juego para disputar la segunda mitad, todos los aficionados comenzaron a gritar "robo, robo" desde las gradas. Sin ir más lejos, Ortiz Arias tuvo que ser escoltado por la policía.
May 14, 2023