Si algunos adjudicaban el pasado Mundial como un golpe de suerte para el cuadro de Didier Deschamps, los galos se encargaron de esfumar todas las dudas de un plumazo en su partido en casa ante Islandia.
Un festival en toda regla, sobre todo en la segunda mitad, después de que Samuel Umtiti se encargara de abrir la lata en la primera mitad. Pero 'Les Bleus' fueron una apisonadora en los segundos 45 minutos.
Olivier Giroud amplió el marcador, pero los goles de Kylian Mbappé y Antoine Griezmann fueron una buena prueba de lo que es esta selección: fútbol vertiginoso y una verticalidad que asusta.
En el 3-0, los franceses superaron la presión de Islandia a las mil maravillas con una rápida combinación en el centro del campo, antes de que la bola le llegase a Griezmann, que, en tres cuartos de campo, dibujó un pase perfecto a su mejor socio: Mbappé.
El delantero del PSG recibió en el interior del área y definió a la perfección con su pierna derecha. Baile en la celebración y a seguir demostrando por qué fueron campeones del mundo hace solo unos meses en Rusia.
Y así fue. Minutos después, los dos atacantes se cambiaron los papeles. Esta vez fue Kylian quien, con un taconazo ideal, encontró al 'Principito', que se encargó de firmar el cuarto en la cuenta de la Selección Francesa. Un verdadero recital.
25 de marzo de 2019