Casi vacío, el Molineux Stadium hizo de escenario del encuentro de la tercera jornada de la Liga de las Naciones entre Inglaterra e Italia. No pocos hinchas se preguntaron por qué, pues se trataba de un duelo atractivo que podría hacer de 'venganza' por la final de la Eurocopa. Pues es ese, precisamente, el motivo de la ausencia de fans.
El paso de los meses ha conseguido que se olvide, pero la afición de los 'tres leones' tenía que afrontar aún la sanción que la UEFA le había impuesto por su comportamiento de cara al encuentro definitivo por la Eurocopa frente a la 'Azzurra', que tuvo lugar en Wembley. Alcohol, disturbios, lanzamiento de objetos... hubo de todo a las afueras del recinto deportivo.
Aun así, se permitió la entrada de 3.000 hinchas al hogar de los Wolves porque los chicos de menos de 14 años estaban exentos de este castigo. También pudo entrar un adulto por cada diez niños para que los controlaran, lo que dibujó una estampa curiosa en las gradas, donde las zonas bajas de la tribuna estuvieron repletas de pequeños ilusionados con apenas adultos y ningún adolescente.
Gareth Southgate, seleccionador de Inglaterra, se mostró avergonzado por esta situación en su rueda de prensa previa al encuentro. Dijo que es "embarazoso" para ellos vivir esta tesitura, que, al fin y al cabo, ya ha terminado, pues la sanción de disputar encuentros a puerta cerrada se resolvía una vez jugados hubieran tenido lugar dos.