La explicación a los interminables descuentos en los Juegos Olímpicos

El Argentina-Marruecos de la jornada inaugural del torneo de fútbol en los Juegos Olímpicos pasó a la historia de las grandes competiciones. Las pérdidas de tiempo durante la segunda mitad dieron pie a un añadido de 15 minutos al filo del cual la 'Albiceleste' logró un agónico empate. El poco decoro del público congregado en Saint-Étienne enturbió aún más los acontecimientos: la cita tuvo que interrumpirse después del tanto por el lanzamiento de un petardo y muchos otros objetos cayeron al Geoffroy-Guichard en medio de unas escenas de verdadero bochorno.
Tanto el colegiado como la FIFA abogaron por suspender el encuentro, pero el VAR aún tenía que revisar esa acción del empate por una presunta posición antirreglamentaria que terminó invalidando el gol de la igualada de los de Mascherano. Después de 2 horas en las que no se supo bien si el choque se había dado por concluido o no, argentinos y marroquíes se vieron obligados a saltar de nuevo al terreno de juego para disputar 3 minutos más sin público.
Un escándalo mayúsculo que comenzó con ese eterno añadido decretado por el sueco Glenn Nyberg, colegiado encargado de dirigir el partido. ¿Se perdió mucho tiempo durante la segunda parte? Sí. ¿Tanto como para añadir un cuarto de hora? Probablemente no, pero esta decisión se enmarca en una prueba puesta en marcha por la FIFA en el torneo olímpico para que el descuento se decida desde el videoarbitraje.
Lo ocurrido en el choque entre los sudamericanos y los africanos no fue un hecho aislado. En la segunda parte del Uzbekistán-España, que se jugaba a la misma hora, se agregaron 8 minutos más tras llegar al 90', aunque en aquel caso había cierta justificación al haberse señalado 2 penas máximas en la segunda parte.
Los largos añadidos prosiguieron con 13 minutos en el Guinea-Nueva Zelanda que finalizó 1-2 a favor de los oceánicos. En el Iraq-Ucrania, que se llevaron los asiáticos por 2-1, también se agregaron 12 minutos en el segundo tiempo. Incluso en el Japón-Paraguay o el Francia-Estados Unidos, resueltos por 5-0 y 3-0 respectivamente, los añadidos fueron de 6 y 8 minutos.
Aunque es pronto para aventurar si esta norma ha llegado al fútbol para quedarse, parece que la utilización de la misma en una cita como unos Juegos Olímpicos invita a pensar en su próxima incorporación a las principales competiciones. En París, un árbitro se encarga de contabilizar en la Sala VOR las pérdidas de tiempo producidas por jugadores atendidos, revisiones del VAR y cuestiones extrafutbolísticas.
Hay que recordar que en el Mundial de Catar ya hubo partidos con largos añadidos, pero, a diferencia de lo ocurrido hasta ahora en los Juegos Olímpicos, era el colegiado el que tenía la máxima potestad para decidir cuánto tiempo se debía prolongar el encuentro. Ahora, en una búsqueda de la mayor justicia posible, es ese colaborador ajeno al árbitro del choque el que está cronometrando las pérdidas de tiempo y, salvo toque de atención de la FIFA, no se aventuran cambios en el torneo olímpico.