Era la primera temporada de Helenio Herrera al frente del Inter de Milán, donde a lomos de Luis Suárez conquistaría Europa. Sin embargo, el conjunto 'neroazurri' tenía primero que ganarle el campeonato doméstico a la Juventus de Omar Sívori, que defendía título.
Tras un arranque meteórico que le convirtió en campeón de invierno, cinco derrotas consecutivas dinamitaron la ventaja del Inter sobre la Juventus y le obligaba a vencer en Turín, donde la expetación por el partido se disparó a límites desconocidos en Italia.
Había tanta gente y los aficionados se aglutinaban tan cerca del campo que Gambarotta -árbitro del encuentro-, pasada la media hora, decidió suspender el encuentro, poco después de que un balón al palo del Inter produjera -lo que la Juventus calificó como- "una pacífica invasión de campo".
Sin embargo, el reglamento de la Federación Italiana era claro: derrota por 2-0 para el infractor. Así se determinó, a pesar de las quejas de una 'Vecchia Signora' que puso a trabajar su maquinaria legal para pelear en los despachos por los tres puntos que le concedieron al Inter de Milán.
Mientras tanto, el campeonato avanza y llega el 2 de junio, la víspera de la última jornada, con Juventus e Inter igualados a 46 puntos hasta que los 'nerazzurri' reciben una llamada al hotel de concentración en Catania. La Federación, presidida por Umberto Agenlli -máximo dirigiente 'bianconero'- y Della Volpe-declarado juventino- deciden repetir el Juve-Inter el 10 de junio.
Por tanto, independientemente del resultado en la última jornada, la 'Vecchia Signora' tendría la oportunidad de conquistar el 'Scudetto' en su campo ante su afición, pues partían en esa última jornada con dos puntos de ventaja frente al Inter de Milán.
Desconcertados, los 'nerazzurri' caen 2-0 y los 'bianconeros' empatan a uno en Florencia. Entonces, Angelo Moratti, presidente interista, preso de la indignación aceptó la decisión de Helenio Herrera de acudir a Turín con el equipo filial en señal de protesta.
El 10 de junio de 1961, la Juventus venció 9-1 al Inter de Milán con seis goles de Sívori, que se convirtió automáticamente en personaje non grato para la hinchada 'nerazzurra'. Una 'vendetta' eterna que da nombre a este 'Derbi de Italia'.