Corría el año 1924, el congreso de la FIFA decide organizar los Torneos Olímpicos de Fútbol, con una condición especial: "A condición de que los Torneos Olímpicos de Fútbol se celebren de acuerdo con la reglamentación de la FIFA, esta última reconocerá este torneo como un campeonato mundial de fútbol", dice el máximo organismo en un documento de su archivo histórico.
Así, ese mismo año, se juegan en París los primeros Torneos Olímpicos de Fútbol en los que Uruguay se proclama campeón, venciendo en la final a Suiza por 3-0. Cuatro años más tarde, en la segunda edición disputada en Ámsterdam, repitió título venciendo a Argentina 2-1 en la final.
El torneo tuvo un gran éxito, por lo que en el congreso del 26 de mayo de 1928, celebrado en Ámsterdam, la FIFA decidió organizar una competición entre las mejores selecciones del planeta. Así nació la Copa del Mundo.
Uruguay era considerada la potencia mundial de fútbol de la época, debido al número de títulos conseguidos; por ello, fue la encargada de celebrar el primer Mundial en 1930.
El conjunto anfitrión consiguió salir campeón, venciendo en la final a Argentina por 4-2. Dicho campeonato sólo fue disputado por cuatro selecciones europeas, debido al largo viaje y a la obligación de prescindir de sus estrellas tanto tiempo, por lo que Uruguay se negó a defender el título en el siguiente mundial en Italia, debido al desplante europeo. Aún así, en 1950 volvería a conquistar el ansiado trofeo en el famoso 'maracanazo', venciendo a Brasil en su propia casa por 2-1 contra todo pronóstico.
Por todo esto, la Selección Uruguaya luce orgullosa cuatro estrellas bordadas en una camiseta histórica.