El sábado dio comienzo la segunda etapa de Carlo Ancelotti en el Real Madrid y lo hizo con el toque clásico del técnico italiano. Una preparación sin excesivo ruido y un triunfo contundente a pesar de llegar con gran parte de los nombres del año anterior.
La mano de 'Carletto' apenas se notó a la hora de confeccionar la alineación inicial. El transalpino repitió con Courtois en la portería y el belga demostró que aún le falta ponerse a punto. No cometió ningún fallo grosero, pero tuvo poco 'feeling' con el balón y a punto estuvieron de sorprenderle con un par de chuts en teoría sencillos para él. Tampoco pudo hacer nada para evitar cometer el claro penalti que le hizo a Guidetti.
En la línea defensiva, lo que Ancelotti se limitó a hacer fue ocupar huecos. No está Carvajal y el ex del Everton le dio continuidad a la idea de Lucas en el carril diestro. El partido del gallego no fue tan brillante como algunos de la 2020-21, pero no desentonó y dio el pase que acabó en el 0-1 de Benzema. Junto a él, a la fuerza tras la salida de Varane y Ramos, un eje de la zaga formado por Militao y Nacho. El brasileño tuvo un error de bulto que desembocó en el penalti del 1-3 y Nacho había firmado antes el 0-2 para dar la razón a la definición que de él había hecho Ancelotti: el defensa pesimista salvó al Madrid y encima marcó.
Capítulo aparte merece la actuación de David Alaba. El fichaje estrella del Real Madrid para la 2021-22 jugó finalmente como lateral y estuvo imponente. Apareció de forma constante en el lateral del área rival, no sufrió en defensa y le sirvió a Vinicius el 1-4 en una de las últimas acciones del partido. No fue su único centro peligroso en el partido, pues no paró de intentarlo. Está por ver si cuando Mendy esté a tope sigue jugando ahí o Ancelotti lo ubica como central como se esperaba.
Casemiro y Modric repitieron en el centro del campo y, como siempre desde que llevan jugando juntos, estuvieron a la altura. Valverde fue la gran sorpresa en el esquema del italiano, ya que se esperaba que Isco recuperara galones y volviera al once. Incluso se había especulado con la presencia de Asensio como interior, pero finalmente el elegido fue el charrúa. Una acción plena de potencia suya desembocó en el 0-3 de Benzema, aunque el 'Pajarito' tuvo ciertas lagunas a la hora de recuperar la posición en los contragolpes vitorianos.
El ataque estuvo comandado una vez más, como desde hace ya tres años, por Karim Benzema. El francés volvió a ser el faro del Real Madrid junto a un voluntarioso Bale y a un irregular Hazard. Fue el mejor de los tres, aunque a ninguno se le puede achacar nada. El galés estuvo mucho más participativo que en sus últimas apariciones a las órdenes de Zidane, claramente apático. Hizo varios tiros y le puso ganas, si bien todavía está lejos de ser el jugador que maravilló a su llegada al Bernabéu y su técnico advirtió de que no está a tope tras el encuentro.
En cuanto a Hazard, entró más en juego que en otras ocasiones y participó directamente con una dejada perfecta a Karim Benzema en el 0-1. Estuvo a buen nivel en la segunda parte, sobre todo cuando se definió el partido, pero le falta mucha más continuidad. Es de esperar que, si le respetan las lesiones, por fin pueda conseguirla. Desde luego, estuvo mucho más valiente que en pasados partidos con la camiseta blanca.
Sin apenas minutos para Isco, Asensio o Jovic, los únicos jugadores del banquillo que tuvieron tiempo para mostrar algo en Mendizorroza fueron Rodrygo y Vinicius. El primero, que apuntaba a titular, estuvo disperso, aunque logró que el Real Madrid terminara el partido con mejor físico y más ritmo. Vinicius dio esta vez su mejor versión. Llegó con peligro, exhibió su zancada y culminó unos buenos 25 minutos con el 1-4 de cabeza. Un choque que, lejos de ser redondo, sí que evidenció cierta mejoría frente a la ya desgastada etapa de Zidane.