Virgil van Dijk temió por su vida en el año 2012. Así lo ha confesado el defensa del Liverpool, que incluso reconoció que llegó a escribir un testamento por si no salía de quirófano.
El zaguero fue internado en el hospital por una apendicitis aguda que derivó en una peritonitis y una infección renal. Fue ahí cuando se decidió que tendría que ser operado de urgencia.
"Lo único que podía ver eran tubos colgando de mí. Mi cuerpo estaba roto y no podía hacer nada. En ese momento los peores pensamientos empezaron a pasar alrededor de mi cabeza", explicó Van Dijk en el 'Daily Mail'.
"Mi vida estaba en riesgo. Mi madre y yo le oramos a Dios y discutimos psoibles escenarios. En algún momento tuve que firmar algunos papeles, fue una especie de testamento", confesó el holandés sobre una operación cuando tenía 20 años.
Llegó hasta ese punto el temor de Van Dijk. "La realidad es que nadie quería hablar de ese tema, pero teníamos que hacerlo. Pudo ser el final. Estuve 13 noches en el hospital y fue muy difícil, no podía caminar", añadió.
Ello le ocurrió a Van Dijk en 2012. Posteriormente pasó a las filas del Celtic de Glasgow y, de ahí, al Southampton, donde explotó. Tras ello se lo llevó el Liverpool para convertirlo en el central más caro de la historia hasta que Maguire llegase al Manchester United.