La de Jorge Pulido es una de esas historias en las que uno tiene que abandonar su casa para poder continuar con su progresión, pero que luego regresa convertido en un pilar de otro equipo.
El central de Talavera de la Reina pasó por todas las categorías inferiores del Atlético de Madrid. Pero su crecimiento se estancó al llegar al primer equipo, época que coincidió con la toma de mando de Simeone.
El zaguero no llegó a tener la confianza del míster tras una breve cesión en el Rayo. Aunque disputó doce encuentros con la elástica 'colchonera', en los que sumó una Copa del Rey y una Europa League, la falta de oportunidades y las palabras de Toril le hicieron firmar con el filial del Real Madrid.
Tras 19 partidos con el Castilla, recaló en el Albacete. Allí consiguió hacerse un jugador importante y, tras una temporada y siete goles, decidió probar suerte en el Sint-Truidense belga.
Después de un año irregular regresó a España. Con el Huesca consiguió el ascenso a Primera la pasada campaña y se ha convertido en un estandarte del club. Ahora regresa a la que fue su casa con la intención de demostrar que merecía otra oportunidad.