No fueron unos espejismos las últimas semanas del Barcelona. A excepción del duelo contra el Espanyol, el cuadro azulgrana, frente a Valencia, Atlético y Nápoles -en la ida-, dejó grandes actuaciones sobre el verde que se consolidaron este jueves en el Diego Armando Maradona.
Los de Xavi Hernández pasaron por encima de la escuadra italiana en cuanto a goles y juego. Contragolpes de libro, fútbol de posesión cuando tocaba y vertical cuando era necesario, una presión asfixiante ante la que nada pudo hacer el rival, eficacia en sus llegadas y un largo etcétera que reavivó la ilusión de la parroquia 'culé'.
Pero si hay un gol de los cuatro que anotó el Barça este jueves que fue más 'estilo Barça' ese fue el cuarto de ellos. La jugada comienza en campo propio mediante Busquets, que cedió a Piqué y este a Ter Stegen. El alemán, con la precisión de un reloj suizo, la puso en largo para un control exquisito de Pedri.
Tocaron y tocaron los azulgranas en la frontal hasta que el cuero le llegó a Adama Traoré en la banda derecha, previo cambio de orientación de Frenkie de Jong. El extremo encaró, se fue por dentro y puso un buen pase raso hacia el interior del área.
De Jong llegó con todo y dejó pasar el balón para confundir a la zaga italiana, lo que permitió que Aubamyang recibiese apenas sin marca y, con un trallazo medido, lo pusiera en la mismísima escuadra. El 'ADN Barça' más real de los últimos años: 23 pases en los que participaron todos los futbolistas, arquero incluido.