Los franceses no estarán de acuerdo con la afirmación. Al menos, no este domingo; quién sabe más adelante. Pero un triunfo croata, más allá de ser el consuelo para aficionados cuyo país se quedó por el camino, representaría valores que el deporte rey ha ido perdiendo.
Hace tiempo que el fútbol no es patrimonio del balón sino del dinero. Gana, o suele ganar, quien tiene más millones en el campo. Las porfías del Atlético, el terremoto del Leicester o aquel triunfo legendario de Dinamarca, cuando cambiaron los bañadores por el título en la Eurocopa en el 92, logran cíclicamente que el fútbol deje de ser una fácil predicción.
El fútbol necesita que Messi y Cristiano dejen de ganar el Balón de Oro, que la cara en la portada de France Football sea la de Modric. Que no será la más guapa, pero sí el semblante de un tipo capaz de hacer magia en el Madrid y llenarse de fango hasta el cuello con el escudo de su país.
Croacia, el triunfo de un país más que de una selección, sería el primero equipo no grande en levantar un Mundial. El orden establecido caería. Ya empezó a derrumbarse con la ausencia de Italia. Esto sería un paso más, una nueva dimensión. Una barra libre para que todos sueñen.
El fútbol necesita dejar de producir en masa nuevos falsos Messi, Neymar o Cristiano. Le viene mejor que 'desconocidos' como Corluka o Vida vendan más camisetas que tipos que el año que viene cambiarán un grande por otro.
El fútbol necesita que Neymar deje de rodar por el suelo cada cinco minutos, necesita más gente como Mandzukic, que marcó el gol de su vida cojo y pidiendo a su entrenador que no lo cambiara mientras siguiera latiendo.
Al fútbol le viene mejor que se hable de Zlatko Dalic, quien estenaría su vacía vitrina con un Mundial, y no de la última 'mourinhada' en sala de prensa.
Ciertamente, el fútbol tampoco podría negarle sus méritos a Francia. Saber que las maneras de ganar no merecen menos por ser menos efectistas. Casi todos preferiríamos un Modric a un Kanté, pero la victoria del músculo es tan lícita como la del pase al hueco. De hecho, si pasara, no dejaríamos de negar los méritos a los croatas.
El fútbol necesita que al ver la última foto del Mundial, no levante el título el 'gallito' de siempre, sino que todos nos quedemos a cuadros viendo la camiseta triunfadora.