Buffon, desde la portería, lideró a una de las plantillas más potentes de la historia de la escuadra italiana. El cancerbero se marchó a la Juventus, donde sigue después de un breve paso por el PSG.
Comandó desde la defensa un joven central que, en el 2006, se coronaría con el Balón de Oro. Fabio Cannavaro fue el jugador con más tarjetas de la plantilla, pero también un seguro de vida atrás.
De un campeón del mundo a otro. Lilian Thuram estaba junto a Fabio Cannavaro en la defensa después de proclamarse con Francia como la mejor de todo el planeta en el Mundial de 1998. Vanoli, en la otra banda, marcó en la final del 1998-99.
El capitán de esta plantilla era Roberto Sensini. El veterano del once inicial, a sus 32 años, lideraba desde el vestuario a una plantilla que ganó una Recopa, dos UEFA, dos Coppa Italia y una Supercopa de Europa en una década prodigiosa. También se encontraba un Fuser que llegó tras estar en el Milan de Sacchi.
En el centro del campo se encontraba Dino Baggio, el 'otro' Baggio. Ganador de la Copa Mitropa y de la UEFA, fue el comandante en jefe de la medular del Parma junto a un Alain Boghossian que dejó mejor recuerdo en Italia que en España.
Uno de los mejores argentinos que aterrizó en Italia lo hizo por la puerta grande. La 'Brujita' Verón, en tres cuartos de campo, llegó a Europa para convertirse en ídolo de la afición del Parma.
Más adelante, dos hombres con mucho gol. Enrico Chiesa se encargó de marcar el tercero y definitivo gol ante el Olympique de Marsella en la final del 2000. Padre del ahora jugador de la Fiorentina Federico Chiesa, dejó una gran impronta en el Parma.
Y del último goleador al primero de la final. Hernán Crespo llegó por primera vez a Europa para militar en las filas de un Parma al que llevó al título europeo antes de hacer una prolífica carrera en la Serie A.