Adrián empezó su entrevista de una forma muy clara. El '8' espera que haya un cambio de rumbo y el Málaga salga de esta situación complicada. "Quiero pensar que tiene arreglo. Me cuesta trabajo creer que una institución como el Málaga, con la importancia que tiene a nivel nacional y masa social, vayamos a dejar que le pase algo trágico. Tengo confianza en que esto se va a solucionar antes de que llegue enero o febrero", aprobó el capitán.
La mano de Víctor, clave en la recuperación anímica: "La base está del año pasado y él siempre ha intentado tratar los temas desde un plano positivo. Hay un trabajo dentro del vestuario importante. Tenemos que guiar a los chicos más jóvenes. Yo si fuese ellos me lo tomaría como un reto y una oportunidad. El club vive un momento en el que no tiene la capacidad económica para traer jugadores, por lo que se abre una puerta para los jóvenes".
Recordando la situación del Reus la temporada anterior, Adrián elogió la actitud de los jugadores. "No se les puede reprochar nada. Estaban fuera del descenso y siendo profesionales hasta el último día. Tengo claro que aquí no va a pasar lo mismo, pero quiero cuidar lo que es mío. El club es algo mío, me cuesta mucho imaginarme en otro sitio", aseguró el madrileño.
Sobre su renovación no quiso hablar, pero sí dejó clara su postura en el club: "Todo el mundo sabe que estoy encantado aquí, tengo que decirlo. Me siento muy querido. Ha costado llegar a que se me acogiera como uno más, pero poco a poco lo voy consiguiendo y eso es motivo de orgullo y satisfacción. Me hace mucha ilusión cuando voy por la calle y me encuentro con la gente. Me siento muy orgulloso de ser el capitán de su equipo y de que me sientan como un malaguista más".