Quincy Promes va de mal en peor. El jugador del Spartak de Moscú fue noticia en los últimos días debido a que había sido 'cazado' confesando el apuñalamiento a su primo en 2020. Esto hizo que la Fiscalía pasara a juzgarle por intento de asesinato y no de homicidio.
Pero, por desgracia para el atacante neerlandés, la bola se hace más grande con el paso de los días. Según informa este jueves 'De Telegraaf', el futbolista está siendo investigado por tráfico de drogas y pertenencia a una organización criminal.
Según la citada fuente, tanto Promes como su familia estarían relacionados con la compra de un cargamento de 4.000 kilos de cocaína, con un precio de coste de 120 millones de euros. La Policía de Amberes interceptó esta mercancía en abril de 2020.
Un sobrino del atacante está en la cárcel por este delito y el propio Promes cuenta con una orden de arresto. Sin embargo, sigue residiendo, hasta el momento, con total normalidad en Moscú.