"No estoy muy contento, no estoy feliz", expresó de forma tajante tras una larga pausa Quique Sánchez Flores. Meses antes, el mensaje era bien distinto: "Somos felices y nos ilusionamos cuando pensamos en el futuro del equipo".
Pero la planificación de la plantilla tiene descontento a Quique tras todo lo ocurrido este verano. El técnico espera que se haga oídos sordos a la oferta del Villarreal, pero su salida podría significar la gota que colma el vaso para él.
Tras empezar apuntando a jugadores de la talla de Éver Banega, Borja Valero o Raúl Albiol, el club ha ido bajando mucho sus miras. Tanto, que la continuidad de Gerard pende de un hilo y podría provocar un importante agujero en la plantilla 'perica'.
Se antoja un inicio de temporada complicado en el Espanyol.