Cambió el verano pasado el blanco y rojo del Rayo por el rojo y blanco del Granada. Tras cuatro años en el barrio madrileño, llegó el turno de emprender una aventura en la ciudad nazarí, sin cambiar de categoría ni aspiraciones.
Apenas media campaña en el Granada le ha bastado al torroxeño para hacerse fuerte en Los Cármenes. Metrónomo en el campo, veterano en el vestuario.
Hace poco ha vuelto de una lesión y a volver a ser uno de los referentes. Toca demostrarlo a las órdenes del tercer técnico de la temporada, Miguel Ángel Portugal, de quien se espera que cuenta con Raúl Baena.
El Rayo es segundo, con un partido menos, y depende de sí mismo para subir de manera directa. El Granada, 15 puntos por debajo, necesita vencerle para dormir a dos del 'play off'.
Nadie como Raúl Baena conoce bien lo que alienta a ese equipo, que tiene más impulsos que presión y que funciona como una familia. No en vano, él allí llegó a ser, con 98 encuentros, el martillo de Thor, el tipo que condujo al Rayo y con elq ue jugó en la élite.