Esta temporada ya ha sido testigo de dos incidentes con jóvenes que tocan a los jugadores que tienen a su alcance en el terreno de juego. El primero, hace un par de meses, ocurrió en un Rayo Vallecano-Sevilla. Un seguidor le insertó el dedo en el trasero a Lucas Ocampos, que se quejó y avisó de lo catastrófico de las consecuencias de que esto hubiera ocurrido en el fútbol femenino. En Primera Federación, este sábado, se dio un episodio similar.
En el encuentro entre el Nàstic de Tarragona y el Celta Fortuna, a falta de 10 minutos para el final, Raúl Blanco, dorsal 10 del filial de Balaídos, se disponía a botar un saque de esquina cuando un espectador aprovechó que su asiento estaba justo al lado para tocarle la espalda e, inmediatamente después, la nuca. El futbolista se revolvió para pedirle explicaciones y tan solo se retiró cuando un miembro de la seguridad del estadio se lo pidió.
Después del evento, su club emitió un comunicado para condenar lo sucedido y él también se pronunció a través de sus redes sociales. Señaló la gravedad de que no se tomen en serio estas acciones por parte de seguidores jóvenes que parecen haber normalizado cierta cercanía con los futbolistas. Hay otro problema en este sentido, por ejemplo, con los entrenamientos del Barcelona: Íñigo Martínez ha llegado a encararse con uno de los muchos 'tiktokers' que suelen arremolinarse a la salida de la Ciudad Deportiva 'culé'. Su operativa ya fue desgranada por BeSoccer.
April 21, 2024
Volviendo a lo acaecido en Primera Federación, esto es parte del escrito publicado por el afectado: "Fui objeto de un acto irrespetuoso por parte de algunos espectadores (...). Como deportista, tengo la responsabilidad de representar no solo a mi club, sino también a todos aquellos que aman este deporte, y no puedo ignorar este tipo de comportamientos que socavan los principios básicos sobre los que se construye el fútbol. Apelo a la conciencia de todos los aficionados para que reflexionen sobre la importancia de mantener un ambiente de civismo en los estadios".