Al Celta se le ha olvidado ganar. No lo hace desde la jornada 4, allá por el inicio del mes de septiembre. Pero como si de un posible falso amnésico se tratase, hoy en Vallecas dio más sensación de poco interés por la victoria que de no acordarse cómo se llega a ella.
No se dejen engañar por los dos delanteros que alineó de inicio Rafa Benítez. Pese a la presencia de Larsen y Douvikas, el pelotazo de muy vez en cuando fue todo el arma que, en líneas generales, mostró su equipo. Los gallegos llevan toda la temporada dando la sensación de merecer más puntos y de haber sido perjudicados por los árbitros, pero hoy fueron ellos mismos sus mayores enemigos a la hora de ir a por el triunfo. A no ser, eso sí, que esto no fuese una posibilidad real.
17 tiros, 8 saques de esquina, 5 disparos bloqueados y 576 pases son datos que no le dan un premio adicional al Rayo más allá de la probabilidad. Cuanto más lo intente, más cerca estará de conseguirlo, ¿no? Pero en la visión limitada a 90 y pocos minutos, esos números suponen el mismo botín que los 4 tiros, 1 córner, 0 disparos bloqueados y más de 200 pases menos de los visitantes.
Desde el inicio, el Rayo se mostró más ambicioso. Álvaro y Pep Chavarría empezaron a darle trabajo a la zaga celeste por la izquierda. En los primeros minutos, Trejo, Balliu y Unai llevaron peligro con intentos en el área que tuvieron más voluntad que acierto. En el 10', Lejeune logró marcar tras una asistencia de De Tomás, que estaba en fuera de juego, por lo que el 0-0 siguió en el marcador.
El Celta tuvo un par de fases de cierto estiramiento, una de ellas en el primer tiempo. Salió de la cueva, pisó campo contrario e intentó alguna jugada en ataque, pero no se crean que fue nada para ilusionarse con medio gol. Fruto de ello fueron las pírricas y casi nunca reseñables acciones que se limitaron a un córner provocado por Douvikas y un remate desviado de Tapia a ese córner.
Hasta el descanso, el Rayo pisó el acelerador, aunque también es de justicia tanto elogiar la intención como criticar el escaso acierto a la hora de la verdad. En el 27', Unai López, con un centro-chut que pareció rozar mínimamente RDT, obligó a Guaita a meter el guante. El rechace le cayó a Isi en el área, pero, con la zurda, la tiró por encima del larguero. Álvaro, con un zurdazo desviado desde fuera del área, y Óscar Valentín, que no remató por muy poco un córner en el primer palo, fueron los aperitivos a la última y más clara ocasión del primer tiempo. Guaita voló y, a mano cambiada como siempre sueñan los porteros, mandó a córner un cabezazo de Raúl de Tomás tras centro de Óscar Valentín.
El portero fue el culpable de que el plan de Benítez se viese recompensado. Estuvo excelso en las pocas ocasiones claras de los de Francisco, aunque sí dejó dudas en alguna salida en llegadas, a priori, mucho menos peligrosas y exigentes. Sin embargo, esa mano y la que sacaría en la segunda parte le hicieron merecedor del 'MVP' de su equipo. También pudo aspirar a él Starfelt. En plena ebullición inicial del Rayo, mismo guion que en el primer tiempo, fue al suelo para acabar con una ocasión que prometía mucho de Álvaro. Hay acciones defensivas que deben ser consideradas también genialidades. Y esta fue una de ellas.
Pero el premio tuvo un claro ganador a los 69 minutos de encuentro. De Tomás remató en el primer palo un centro raso de Álvaro García, pero se topó con el guante del portero celeste y su palo derecho, que fue el que terminó de repeler la pelota.
Hasta el final, el Celta dejó algunos minutos de mejor imagen, como ya hiciese en el primer periodo. Ganó metros y merodeó el área rival para, al menos, dejarnos algo reseñable que contar a los que vivimos de esto. Como por ejemplo, el trallazo de Tapia desde lejos que se fue por encima del larguero o el de Kevin, también desde fuera del área, al que Dimitrievski le dio más emoción de la esperada. Se le escapó la bola al normacedonio, pero evitó a tiempo que su error se convirtiese en gol.
Esos dos tiros fueron en el 78' y el 81'. Y como decíamos, fue la mitad de lo que dejó en ataque un Celta que se queda 18º con 10 puntos, a 3 de salir del descenso. Por su parte, el cuadro de casa, que no gana desde finales de octubre, es 10º con 10 unidades.