Arrancó la décima jornada en Primera División y lo hizo con un duelo frenético por la permanencia. Regresó LaLiga tras el parón internacional y El Sadar acogió un choque sensacional entre dos equipos que juegan muy bien al fútbol -cada uno en su estilo-, pero al que la SD Huesca llegaba con más obligación por su mal arranque de temporada en cuanto a resultados se refiere.
Los de Míchel son el único equipo que aún no ha ganado tras diez jornadas disputadas. Eso sí, solo ha perdido tres partidos, con siete empates que le permiten salir de la zona de descenso, a la espera de lo que hagan el Valladolid, el Levante y el Celta de Vigo. Pero el objetivo era la victoria, y se escapó debido a la mala cara mostrada tras el descanso.
Más o menos lo mismo se puede decir de Osasuna, pero en la primera parte. Los navarros salieron dormidos y al final acabaron pagando esos primeros 45 minutos en una remontada que se quedó a medias. Arrasate reaccionó después de pasar por los vestuarios, los cambios sirvieron y el trabajo fue meritorio hasta el final del encuentro.
La SD Huesca se mostró cómoda desde el inicio. El gol de Sandro Ramírez, que aprovechó un mal despeje de Sergio Herrera, allanó el camino. El equipo oscense sabe jugar mejor con el resultado a favor, al menos en lo anímico ayudó bastante. Y Osasuna se vio incapaz de meterle mano a un conjunto que salía en velocidad a la contra con el delantero canario y Rafa Mir.
Hasta el final del primer tiempo, de hecho, fue la SD Huesca el equipo que gozó de las mejores oportunidades para ampliar el marcador. De haberlo hecho, la cosa habría sido distinta. Sergio Herrera erró en el 0-1, pero luego salvó incontables ocasiones que, a la larga, serían clave para que el plantel rojillo lograra un punto más en casa. Algo es algo.
Jony fue un quebradero de cabeza continuo por la banda izquierda. El extremo asturiano ha vuelto a su mejor nivel. Pero Arrasate le dio la vuelta a la tortilla con los cambios: saltaron Enric Gallego y Moncayola, que dio otro aire a la sala de máquinas de Osasuna. Poco a poco, el dominio se fue tornando de color rojo intenso, como se suele vivir el fútbol en El Sadar.
Rubén García, Enric Gallego, Jony... Todos ellos la tuvieron, pero sería nuevamente el 'killer' de la defensa, David García, el que haría el empate a la salida de un córner. En el minuto 68 llegó la igualada, que se mantendría hasta el final. No varió el partido con el carrusel de cambios y el botín, un punto para cada uno. Insuficiente para unos, pero no es moco de pavo visto lo visto.