Después de los incidentes acaecidos hace unas semanas en el Monumental, la CONMEBOL decidió postergar el encuentro entre River y Boca y trasladarlo a Madrid, concretamente al Santiago Bernabéu. Allí se encuentran concentrados ambos equipos concentrados para la gran cita. Un partido al que intentan acudir los aficionados más radicales de ambos conjuntos. Varios de ellos ya han sido deportados de vuelta a Argentina.
"¿Acabar con los 'barras' violentos? Con eso lo he pasado muy mal. Cuando lo pido, actúan contra mí y recibo amenazas de muerte hacia mí y mi familia. Podría enseñar mi número de teléfono, habré recibido unas 200 o 300 amenazas de aficionados de Boca durante estas semanas. Es una mínima proporción de gente violenta", aclaró el máximo dirigente del 'Millo' en su charla con 'Marca Claro'.
Tras la decisión de trasladar el encuentro, D'Onofrio vio con buenos ojos que la ciudad elegida fuese Madrid, ya que "le unen muchas cosas con Argentina". Esta medida impuesta espera que cale dentro de los seguidores argentinos.
"Hay que aplicar la ley más dura. Tengo la esperanza de mejorar en ese sentido. Es una vergüenza muy grande que el partido más importante del país tenga que jugarse en otro lugar. Hay que hacer lo que en su día logró Inglaterra con los 'hooligans' o España con los ultras. No hay que juntar un ejército para poder jugar un partido de fútbol, sino que basta con inteligencia", agregó.
Mucho se ha hablado de la importancia del partido para ambos equipo. Una final que, a buen seguro, se recordará con el paso de los años. D'Onofrio, por su parte, quiso restarle algo de tensión a la cita: "No es el partido más importante de la historia de River. Lo han hecho creer muchos medios, pero importantes son todos. En marzo ya jugábamos una final contra Boca y la titulaban como 'la final del siglo'. Ganamos, lo celebramos y cada uno siguió su camino. No hay ningún encuentro a vida o muerte.
El presidente de River achaca lo ocurrido en los aledaños del Monumental a la falta de un trabajo fuerte en educación, algo que, a su juicio, debe mejorarse en el país durante los próximos años.
"Tenemos que avanzar en ese sentido, muchos no van al colegio, hay más del 30% de pobreza... La sociedad debe recuperarse. Un partido es un símbolo, que 40 no hagan de todo eso una realidad. Argentina debe tener un plan de formación de 20-30 años. Tiene una deuda que nada tiene que ver con el fútbol y es el fútbol el que no debe distraernos de lo que en realidad pasa", concluyó el máximo mandatario de River, que confió en que Marcelo Gallardo y los suyos puedan levantar la cuarta Copa Libertadores para su equipo.